2.-
Siento mis raíces fuertes,
enterradas en la ardida arena,
hondas muy hondas,
asentadas y en paz,
con el aire póstumo que les dio vida.
Siento joven la flor de mi pecho,
¡qué rieguen mis campos
que tengo sed!
ansia de lluvia y vida,
¡qué mojen mis ramas
hasta que florezcan!
Siento mis pétalos y mi estigma
hacerse gachas
en el rocío de la mañana.
Y me siento enrojecer toda entera
por un soplo de aliento
que me envuelve,
caliente y espeso,
y me adormece.
jueves, 3 de julio de 2008
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